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TERAPIA COGNITIVA DE LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Para la terapia cognitiva clásica los tres pilares característicos de los trastornos de la personalidad son la rigidez cognitiva, la evitación y los problemas que padecen estos pacientes en sus relaciones interpersonales. Las distorsiones cognitivas clásicas  supusieron y suponen un gran avance en el tratamiento de los trastornos de la personalidad. El terapeuta a través del diálogo socrático indaga con el paciente en busca de las creencias distorsionadas, ilógicas y disfuncionales responsables de su malestar. Estas distorsiones pueden referirse a la realidad que le rodea o a sí mismo (auto-estima). Una vez localizadas las distorsiones cognitivas y comprobada su falta de veracidad, el terapeuta planifica con el paciente un test de realidad donde el paciente in vivo comprueba que lo que piensa que va a suceder realmente no sucede lo que produce una reestructuración de la creencia disfuncional que conlleva un cambio de su emoción.

Sin embargo, la naturaleza de los trastornos de la personalidad hace que los esquemas cognitivos del paciente estén enraizados e incluso automatizados impidiendo que la persona afectada pueda acceder a ellos a pesar de las indagaciones del terapeuta. La menor capacidad autoreflexiva y metarrepresentativa y la condición egosintónica   presente en este tipo de trastornos dificulta enormemente la introspección necesaria  para el avance terapéutico. La identificación y corrección de las cogniciones disfuncionales desde un punto de vista clásico se vuelve una labor complicada. Los esquemas cognitivos disfuncionales aprendidos en edades tempranas y que en la infancia fueron útiles y adaptativos para sobrellevar situaciones psicológicamente indigeribles aparecen automáticamente aunque sean formas perjudiciales a largo plazo para el paciente.

Los avances en la terapia cognitiva han permitido desarrollar otras formas más avanzadas de tratamiento como la Terapia de Esquemas (Jeffrey  Young, 1990). En ella se amplía el concepto clásico de cognición al de Esquema Maladaptativo Temprano (trampa vital). Los Esquemas Maladaptativos Tempranos son motivos extremadamente estables y disfuncionales, desarrollados en la infancia que acompañan a la persona a lo largo de su vida funcionando como convicciones y sentimientos irracionales sobre la propia persona en relación a su entorno.  Al ser aprendidos en la infancia forman parte del autoconcepto y del concepto que el individuo tiene sobre su entorno  formando parte de su estructura interna. Para la persona son verdades a priori por lo que cualquier intento de ponerlos en duda su veracidad desencadenará estrategias para su defensa y mantenimiento (distorsión, evitación y compensación del esquema).

La Terapia de Esquemas ofrece un puente integrador entre los aprendizajes tempranos (infancia) y la actualidad psicológica del paciente. Recogidos en dieciocho esquemas maladaptativos  la Terapia de Esquemas ayuda al paciente a reconocer sus propias reacciones emocionales más allá del esquema clásico de la terapia cognitiva. Favorece una mayor comprensión y entendimiento de los propios procesos mentales desadaptativos  siendo  un avance importante en el tratamiento cognitivo para los trastornos de la personalidad (http://psicologosoviedo.com/como-trabajamos/unidad-de-trastornos-de-personalidad).

 

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